Si tienes un ciclamen en casa y sus flores están completamente marchitas, estás en el lugar adecuado. Aquí está el error más común que se comete con esta planta.
Ciclamen marchito – Remedios
El ciclamen, Cyclamen persicum, es una planta muy conocida y puede ser cultivada tanto en el suelo como en maceta. Pertenece a la familia de las Primulaceae y comprende unas veinte especies diferentes. En el lenguaje de las flores, representa la fertilidad y, por lo tanto, es un buen augurio para el embarazo o su llegada.
Por lo general, el ciclamen presenta flores en tonos rosados, desde blanco hasta rosa intenso e incluso lila. Sus hojas son en forma de corazón y decorativas, a veces con vetas plateadas. Colocado en casa, el ciclamen aporta elegancia y color a la habitación.
Originario del Mediterráneo oriental y de Asia Menor, el ciclamen es la planta de la temporada otoñal. Su floración puede durar hasta 4 meses y puede soportar las heladas invernales con temperaturas cercanas a cero. Sin embargo, a menudo las flores de ciclamen se marchitan, lo que es una clara señal de que no está recibiendo los cuidados adecuados.
Ciclamen: los cuidados adecuados para evitar que las flores se marchiten
Como mencionamos, si el ciclamen tiende a marchitarse, probablemente no esté siendo cuidado de la manera correcta. Cada planta tiene sus propias reglas para asegurar que las flores, las hojas y la salud en general estén en perfectas condiciones. Cuando tienes una planta, también debes cuidarla, de lo contrario, morirá en poco tiempo.
Pero veamos cuáles son los errores más comunes que se cometen con el ciclamen y que hacen que las flores se marchiten:
Riego: este paso es fundamental, y es importante saber cómo y cuándo regar tu ciclamen. Si lo riegas demasiado, las flores se marchitarán, y tampoco debes dejar agua en el plato. En general, debes escuchar a la planta y, sobre todo, tener en cuenta los cambios de temperatura. Cuando la temperatura es más baja, el agua se absorberá más lentamente y, por lo tanto, se debe regar menos.
Agua: no solo es importante el riego, sino también el tipo de agua utilizada. De hecho, en muchas ciudades, el agua del grifo está llena de cal y la planta tendrá dificultades para absorberla. Para evitar esto, puedes usar agua de lluvia o agua purificada.
Calor: demasiado calor puede dañar tu planta. Puede suceder que el otoño todavía tenga temperaturas altas alrededor de 18°C y, por lo tanto, el ciclamen, que necesita 13-16°C para florecer, no soporte el calor. Para evitar esto, es mejor colocar la planta en un lugar fresco y a la sombra.
Posición: el ciclamen nunca debe colocarse directamente bajo los rayos del sol, ya que pueden quemarlo. Por lo tanto, encuentra un lugar donde los rayos del sol sean indirectos.
Suelo: asegúrate de que no se vuelva demasiado duro, de lo contrario, será poco drenante. Para que el ciclamen crezca bien, el suelo debe ser suave y bien drenante. Es mejor usar un suelo ligeramente ácido y enriquecerlo con nutrientes y arena.