Introducción
Originarias de África, las calas también crecen en otros climas tropicales, pero a veces pueden considerarse invasoras.
Las flores son de diversos colores, desde el blanco y el rosa pálido hasta el burdeos intenso, con algunos híbridos recientes de colores espectaculares como el naranja brillante y el negro.
Es una flor cortada de larga duración y por ello es muy popular en los arreglos florales, especialmente en las bodas.
Cuando cultives calas para ti, asegúrate de plantarlas en primavera. Crecerán moderadamente rápido, a menudo produciendo flores a principios o mediados del verano y floreciendo durante toda la temporada hasta principios del otoño.
Datos básicos de las calas
- Nombre botánico: Zantedeschia aethiopica
- Nombre común: Calla lily, arum lily
- Tipo de planta: Rizoma
- Tamaño adulto: 60-90 cm de alto, 30-60 cm de ancho
- Exposición al sol: Pleno sol, sombra parcial
- Tipo de suelo: Húmedo pero bien drenado
- pH del suelo: Ácido
- Época de floración: Verano
- Color de las flores: Blanco, rosa, coral, granate, naranja, amarillo
- Zonas nativas: África del Sur, Sudáfrica, Suazilandia
Cómo cultivar calas
La manera más fácil de cultivar calas es a partir de rizomas dividiendo las plantas que han crecido en el exterior. Con el tiempo, las calas cultivadas en el exterior formarán grandes macizos que pueden dividirse fácilmente en unidades más pequeñas y plantarse en otro lugar del jardín o en una maceta.
Quita un poco de tierra al pie de la planta para descubrir los rizomas, una vez que los veas busca el que tenga brotes nuevos o que estén por salir, sepáralo con las manos de los otros rizomas o córtalo con un cuchillo bien afilado.
Luego colócalo en una maceta ya preparada con tierra y cúbrelo con no más de 2cm, riega enseguida y déjalo a la sombra durante unos días hasta que comience brotar.
Después de varios años, estas divisiones tienden a perder vigor, por lo que la mayoría de las personas que quieren cultivar calas al aire libre invierten en nuevas divisiones (disponibles en catálogos) o en plantas de vivero.
Cómo trasplantar calas
Un indicio de que tus calas están listas para una maceta más grande es que las raíces parezcan ligeramente apiñadas. Las plantas con raíces atascadas no suelen prosperar, por lo que debes replantarlas si observas un problema con sus raíces.
Trasplantar las calas es bastante fácil: saca la planta de la maceta más pequeña y colócala en la más grande con cuidado de no dañar las delicadas raíces.
Rellena la nueva maceta con tierra hasta unos dos centímetros del borde. Las calas necesitan mantenerse húmedas durante unos días después del trasplante, así que asegúrate de vigilar los niveles de humedad de la tierra.
Cuidados de las calas
Las calas son fáciles de cultivar en el exterior. Crecen a partir de un rizoma, no de un bulbo, lo que es un indicador clave de que no son calas. Las calas mueren en verano y vuelven a crecer cada año en lugares de clima cálido, pero en las zonas más frías puedes plantarlas como plantas anuales.
Luz
Fieles a su naturaleza tropical, las calas prosperan en un entorno cálido, lo que incluye mucha luz. Si vives en una zona con un clima caluroso y húmedo en verano, es probable que tus calas se desarrollen mejor en un lugar con sombra parcial, mientras que las que crecen en un clima algo más templado pueden soportar la luz del sol.
Suelo
Un suelo rico, húmedo y bien drenado es lo mejor para mantener la floración de las calas. Suelen crecer bien junto a los estanques y pueden tolerar felizmente una ubicación de suelo húmedo, aunque debes evitar que se encharquen, lo que puede provocar la putrefacción de las raíces.
Para aumentar la densidad nutricional de tu suelo, puedes enmendarlo con materia orgánica o compost antes de plantar tus calas.
Riego
No riegues demasiado tus calas, sobre todo después de plantarlas por primera vez. Una vez que los rizomas se hayan establecido, puedes regar las plantas una vez a la semana, o con más frecuencia si se dan condiciones especialmente calurosas o de sequía.
Las plantas de cala plantadas en maceta necesitarán una humedad constante, ya que las macetas se secan antes que las plantaciones en el suelo.
Comprueba la humedad introduciendo un dedo en la tierra, si notas que más abajo se siente húmedo espera un día más para regar, delo contario, si se siente seco riega pero con cuidado de no hacer charcos en el suelo.
Temperatura y humedad
A las calas les gusta un entorno bastante cálido y las temperaturas que oscilan entre los 15 y los 27 grados Celsius son ideales para ellas. También disfrutan de una buena cantidad de humedad, por lo que los veranos húmedos hacen que las flores florezcan sin problemas.
Si las temperaturas descienden mucho por debajo de los 10 grados C, las plantas tienden a entrar en letargo. Si quieres desenterrar tus rizomas para pasar el invierno, hazlo antes de que las temperaturas bajen por debajo de los cero grados en tu zona.
Aunque esto no es estrictamente necesario, una vez que llegue la primavera las calas volverán a brotar por si solas.
Abono
Las calas necesitan ser alimentadas en el momento de la plantación, y de nuevo cada primavera al comienzo de su temporada de crecimiento, con el fin de promover una floración abundante.
La mayoría de los fertilizantes bien equilibrados funcionan bien, pero evita elegir una mezcla con demasiado nitrógeno, que puede reducir la floración de la planta.
Plagas y enfermedades comunes
Hay varios problemas a los que puedes tener que enfrentarte al cultivar calas, sobre todo la podredumbre blanda bacteriana, que afecta a los rizomas, y la botritis, que es una enfermedad fúngica que provoca la aparición de un moho grisáceo sobre los pétalos, los tallos y las hojas de la planta.
Para reducir el riesgo de enfermedades fúngicas, presta atención a la frecuencia de riego y asegúrate de plantar las calas lo suficientemente separadas para que tengan una amplia circulación de aire. Unos 30 cm entre casa planta estará bien.