Siempre me ha intrigado cómo algunas personas logran obtener una abundante cosecha de tomates.
Afortunadamente, un día mi abuelo me reveló su secreto.
Cada vez que iba a verlo, tenía el jardín lleno de verduras saludables, así que seguí sus consejos y al final logré obtener una generosa cosecha de tomates.
Su receta es muy sencilla.
Solo tienes que llenar un recipiente de 3 litros con 2,6-2,7 litros de agua pura sin cloro (idealmente agua de lluvia estancada), 100 g de levadura diluida en agua caliente y media taza de azúcar.
Luego, cubre el recipiente con gasa y déjalo en un lugar cálido, agitando ocasionalmente el contenido.
Una vez fermentado, la solución está lista.
Un vaso de esta solución se diluye en 10 litros de agua (también idealmente de lluvia – estancada) y se usa para regar los arbustos de tomate.
Si usas esta solución tres veces durante la temporada, podrás disfrutar de resultados increíbles.
Cuando probé esta receta por primera vez, el año pasado, los arbustos de tomate estaban llenos de frutas, sin manchas.
Produjeron como nunca antes.
La mayor sorpresa fue que las plantas siguieron produciendo durante todo octubre, a pesar de ser un mes frío y lluvioso.
El año pasado, siguiendo el consejo de mi abuelo, cuando planté las plántulas de tomate, puse un puñado de migas de pan secas trituradas mezcladas con ceniza en cada hoyo.
En verano tuvimos que atar los tallos a soportes sólidos porque estaban cargados de tomates.
Estos consejos son realmente valiosos y efectivos, ¡así que no dudes en compartirlos con otros jardineros!
¡Esperamos más consejos caseros de ti!
Agua de ceniza
Uno de los fertilizantes más populares para los tomates es el agua de ceniza.
Pon 500 g de ceniza en un balde, vierte 5 litros de agua hirviendo y deja reposar hasta que la ceniza se deposite en el fondo.
Luego, retira el agua a otro recipiente y dilúyela con 5 litros de agua, preferiblemente de lluvia.
Puedes fertilizar tomates y otras plantas con ella.
Solución de ortiga
La ortiga es una estrella en la agricultura ecológica, ya que actúa como fertilizante, insecticida e incluso fungicida.
Toma un buen puñado de ortiga picada y mézclala con la tierra alrededor de la planta.
Luego, prepara esta solución, que puedes rociar sobre el tallo y las hojas.
Vierte medio balde de ortiga en 10 litros de agua tibia.
Deja reposar al sol durante aproximadamente 7 a 10 días, y una vez pasado este tiempo, puedes usar la solución.
Dilúyela en una proporción de 1:10 con agua, viértela en una botella con pulverizador y rocía toda la planta.
Para un efecto máximo, puedes agregar un puñado de ceniza.
Solución de leche
Incluso la leche desnatada es muy útil en el huerto como fertilizante y para combatir enfermedades fúngicas.
Vierte un litro de leche en 9 litros de agua y agrega 30 gotas de tintura de yodo.
Rocía toda la planta con esta solución una vez cada 7 a 10 días.
Solución de bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio tiene varios usos en el hogar y en el jardín.
Agrega 1-2 cucharaditas a un litro de agua tibia, agita y rocía las plantas.
Luego, espolvorea ceniza sobre ellas.
Cáscaras de plátano
Son ricas en potasio y magnesio, elementos necesarios para el desarrollo óptimo de las plantas.
Pica finamente las cáscaras de plátano y mézclalas con la tierra alrededor de las plantas.
El potasio y el magnesio que contienen nutrirán los tomates y otras plantas en tu jardín.