Cultivo de Cardamomo a partir de Semillas: Guía Paso a Paso
El cardamomo, una especia conocida desde tiempos inmemoriales, otorga a los platos un carácter único. Con su sabor picante, dulce y con un toque cítrico e imbierno, se utiliza tanto en platos dulces como salados. Además, se combina perfectamente con el aroma de un café aromático, añadiéndole un sabor y fragancia excepcionales. Aunque comúnmente se adquiere en forma de granos o como especia molida, es posible cultivarlo por cuenta propia, incluso en condiciones domésticas.
Debido a su origen exótico, el cardamomo requiere altas temperaturas para prosperar. En climas como el nuestro, cultivarlo en el suelo es imposible, ya que no puede sobrevivir al frío y las bajas temperaturas. Sin embargo, es factible cultivarlo en macetas en el alféizar de una ventana.
Para cultivar el cardamomo a partir de semillas en casa, es fundamental adquirir granos de calidad. Antes de sembrar las semillas, se recomienda remojarlas en agua tibia durante aproximadamente 12 horas para favorecer el proceso de germinación. Luego, se preparan las macetas, llenándolas con tierra fértil ligeramente arcillosa y asegurando un buen drenaje. En este sustrato preparado, se colocan las semillas a una profundidad aproximadamente dos veces su ancho. Después de cubrirlas con tierra, se riegan suavemente y se cubren con una película perforada.
En el caso del cardamomo, las ubicaciones soleadas con luz dispersa o parcialmente sombreadas son las más adecuadas. Prefiere temperaturas entre 22-28 °C y no tolera los cambios de ubicación ni las corrientes de aire frío. El sustrato en la maceta debe mantenerse constantemente húmedo, evitando el exceso de riego que podría provocar la pudrición de las raíces. Se espera que las semillas de cardamomo germinen en 30-45 días, momento en el que se retira la película de la maceta. Cultivar esta especia requiere paciencia, ya que comienza a dar frutos dos años después de ser plantada.
Propiedades del Cardamomo
El cardamomo es apreciado no solo por su sabor y aroma, sino también por sus beneficios para la salud. Sus propiedades fueron valoradas desde la antigüedad: los chinos lo utilizaban para problemas digestivos, mientras que los egipcios lo empleaban para mantener la higiene bucal. Contiene numerosas vitaminas y minerales, como calcio, hierro, fósforo, magnesio, potasio y sodio, lo que lo convierte en un potente fortalecedor del sistema inmunológico.
El cardamomo posee propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y antivirales, lo que lo hace útil en la lucha contra infecciones, resfriados y gripes. Su consumo estimula la secreción de jugos gástricos, siendo útil contra la acidez estomacal y los gases. Además, se utiliza en dietas para perder peso, ya que puede acelerar la pérdida de peso y ayudar a eliminar toxinas del cuerpo. Es importante destacar que esta especia es un antioxidante excepcional, combatiendo los radicales libres que contribuyen al desarrollo de diversas enfermedades, incluyendo la diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer.