Introducción:
Las capuchinas son originarias de Sudamérica, donde se utilizan con fines medicinales y para aromatizar platos. Las hermosas capuchinas comestibles atraen a colibríes, mariposas, abejas y otros insectos beneficiosos.
Fáciles de cultivar, las capuchinas tienen flores en forma de trompeta que van desde tonos brillantes como el naranja encendido y el amarillo mantequilla, hasta tonos más fríos como el rosa y el salmón, pasando por tonos sutiles como el burdeos o el crema con salpicaduras de caoba.
Sembrar y cultivar capuchinas en el exterior, en el jardín:
También conocida como «siembra directa», esta técnica se utiliza a veces en plantas que no toleran los trasplantes. También, es una buena opción para las semillas que no requieren mucho mimo, como es el caso de las capuchinas.
Este método es conveniente porque puedes plantarlas justo donde quieres que crezcan y no tener que trasplantarlas. Sólo tienes que esperar a que pase el peligro de las heladas.
Lo ideal es sembrar en primavera. En climas cálidos, elige un sitio que esté a la sombra del sol de la tarde.
Las semillas de capuchina se suelen plantar a 1 cm de profundidad y con una separación de unos 20 cm ente cada una. Las capuchinas tardan entre 10 y 12 días en germinar y pueden florecer en un mes.
En cuanto al suelo, las capuchinas no son exigentes y prosperan incluso en suelos pobres, siempre que se rieguen con regularidad.
Sembrar y cultivar capuchina en interiores, en macetas:
Si quieres empezar con plantas más grandes -y conseguir que florezcan antes- empieza con las semillas en el interior.
Como son semillas grandes, me gusta empezar con una maceta relativamente grande. Coloca dos semillas a un 1 cm de profundidad en cada maceta y cultívalas bajo la luz o en un lugar luminoso.
Cuando las plántulas tengan unos cuantos grupos de hojas, arranca la más débil, dejando una por maceta.
¿Por qué plantar dos semillas si vas a arrancar la más débil? Es más bien un seguro, en caso de que una de las semillas no germine. Pero si vez que las dos crecen bien, quita una con cuidado no dañar sus raíces y pásala a otra maceta.
Si te sientes seguro de tu fuente de semillas -o eres ahorrativo- utiliza macetas más pequeñas y planta una semilla en cada una.
Cómo trasplantar capuchina
Cuando quites la planta hazlo con mucho cuidado ya que las capuchinas sufren mucho el trasplante, al quitarla intenta que salga con la mayor cantidad de tierra posible, es mejor hacerlo cuando el suelo está seco, de esta manera evitas que las raíces se rompan.
Cuando pasa el invierno y las temperaturas nocturnas se sitúan en torno a los 10 grados celsius, es bueno «endurecer» las plántulas. Esto implica trasladarlas al exterior durante el día y guardarlas en el interior por la noche.
Después de un par de días de alizar esa tarea, se pueden plantar en el jardín. Para reducir el impacto del trasplante, quita el borde inferior de la maceta y planta la plántula, con maceta y todo.
Es importante que el borde superior de la maceta quede enterrado para evitar que la humedad del suelo se aleje de la planta.
Este método no es aconsejable para todas las plantas, pero en el caso de las capuchinas sirve, ya que su sistema de raíces es poco profundo.
Lo más recomendado y ecológico es germinar las semillas en vasos o conos de papel hechos en casa, o en cartones de huevos. Así se descompondrán con el tiempo y formarán parte del suelo.
Cuidados de la capuchina
Las capuchinas son bastante fáciles de cuidar, pero es importante mantenerlas regadas durante los periodos secos. Crecen muy bien en macetas y jardineras.
Deja que la tierra se seque entre los riegos, pero no dejes que se seque por muchos días. Aliméntalas regularmente con abono líquido para asegurar una floración abundante durante el verano.
La capuchina no necesitan un suelo muy fértil, sobre todo en lo que respecta al nitrógeno, que aporta más hojas y menos floraciones.
Florece mejor a pleno sol pero toleran la sombra parcial. Son débiles al calor y se desvanecen durante los periodos de calor. Si esto ocurre, recórtalas y normalmente volverán a alegrar tu otoño.
A los pulgones les encanta el tejido blando de la planta creado por el nitrógeno abundante, especialmente cuando otros nutrientes que fortalecerían el tejido de la planta son demasiado bajos o faltan. Aquí te enseñamos cómo combatir a los pulgones.
Cosechar capuchinas
Las flores, las hojas e incluso las vainas de las capuchinas son comestibles. Las preciosas flores se pueden cortar para adornar platos o ensaladas.
Las hojas más jóvenes y tiernas añaden un sabor picante a las ensaladas frescas y, según se dice, tienen un alto contenido en vitamina C.
Todos los colores y variedades son sabrosos en ensaladas o como guarnición. Las hojas también se pueden comer. Un centrifugador de ensaladas es estupendo para preparar las flores y hojas frescas de capuchina para usos culinarios.