Durante las estaciones más cálidas, las fresas están frecuentemente presentes en nuestras mesas, mostrando su sabor suculento y dulce.
Si las fresas compradas comercialmente ya no satisfacen tu deseo de un sabor delicioso y estás gastando más dinero, considera cultivar fresas en tu propia casa.
Esto no solo te permite disfrutar de los frutos en su punto máximo, sino que también te proporciona una fuente de satisfacción, mejorando tu espacio vital con la belleza de la planta de fresa.
Aquí tienes cómo cultivar fresas en casa:
- Selecciona de 1 a 3 fresas maduras que no estén excesivamente blandas y libres de porciones ennegrecidas.
- Presiona las puntas de las fresas y extrae las semillas usando un cuchillo.
- Seca bien las semillas y colócalas en un plato, apuntando a una cantidad de alrededor de 20-30 semillas.
- Elige una maceta bien drenada que tenga entre 25-30 centímetros de profundidad y añade tierra.
- Humedece un palillo y úsalo para esparcir uniformemente un par de semillas en la superficie de la tierra sin enterrarlas.
- Riega la tierra con una solución compuesta por un tercio de agua y dos tercios de peróxido de hidrógeno, usando solo unas pocas gotas.
- Coloca la maceta en un lugar cálido, como la cocina, asegurándote de que la planta reciba abundante luz brillante para el desarrollo de fresas saludables y de buen tamaño.
- Riega la tierra dos veces por semana para mantener una humedad constante, teniendo cuidado de evitar el estancamiento del agua.
Adquirir la habilidad de cultivar fresas en casa no solo ofrece ventajas económicas, sino que también contribuye a salvaguardar tu salud. Las fresas, al ser abundantes en vitamina C, promueven la absorción de hierro, lo que las hace especialmente beneficiosas para las personas que manejan o previenen la anemia.